El mejor regalo de cumpleaños

Mi abuela cumplió 90 años, celebramos su vida a lo grande y de regalo de cumpleaños pidió donaciones para contribuir a FUNJOSE.

¿Quién haría algo así? Pues, mi abuela una mujer increíble. Se llama Judith, le dicen Jú y me gusta decirle Ju-dini (Houdini) porque se ha encargado de llenar de magia nuestras vidas. Es una mujer fuerte, valiente, guerrera con una sabiduría invaluable.

Mi abuela es mi segunda mamá, tuve la fortuna de compartir con ella de cerca desde muy pequeñita. Éramos compañeras de cuarto y me gustaba hacerle «cariñito» en la mejilla para quedarme dormida. Nos enseñó a leer, escribir, aprendimos a sumar jugando cartas y lo más importante nos enseñó a pensar, fue nuestra primera maestra. Nos dedicó tanto tiempo y amor a todos sus nietos que siempre estaremos agradecidos con ella.

Con su resiliencia aprendimos que los obstáculos se pueden sobrepasar. Y que a pesar de los momentos más dolorosos que se presentan se puede ser feliz, porque la felicidad se encuentra en la simpleza de la vida. Cuando surgía un problema, mi abuela siempre ha dicho que para qué preocuparse si solo hay dos opciones: un problema se puede resolver o no.

Existe una lista infinita de todas las enseñanzas que nos ha regalado, una de las más importantes fue transmitirnos que debemos trabajar para crear una mejor Guatemala. Ella fue maestra muchos años cuándo era joven, por lo que la educación ha sido una de sus herramientas para enseñar a los niños y jóvenes que deben estudiar para formar, en unidad, una mejor sociedad.

Esa convicción por apoyar la educación, que ha estado presente a lo largo de su vida, se ve reflejada en el presente a sus 90 años, dedicando su novena década a recaudar fondos para apoyar el proyecto. Ella desea que muchos jóvenes más tengan la oportunidad de estudiar y alcanzar sus sueños.

Gracias por este aporte tan solidario mi Judini, FUNJOSE y yo estaremos eternamente agradecidos.

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